Nelson Mondiola
2010-08-05 22:28:19 UTC
Denuncian en Colombia la fosa común más grande de Latinoamérica
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2010/07/26/p5794
Boletín quincenal Nº 120 -Por PDF y Alba TV - El mismo día en que el
embajador colombiano ante la OEA alardeaba largo rarto en la sesión
extraordinaria del organismo sobre los supuestos grandes logros de la
gestión uribista en materia de derechos humanos, se difundía el hallazgo de
la fosa común más grande de Latinoamérica: unos 2000 cadáveres sin
identificar en la localidad de La Macarena, en el suroriente colombiano, ahí
nomás de una guarnición del Ejército. La noticia practicamente no despertó
interés en los grandes medios. ¿Qué habría pasado si el hecho hubiese
ocurrido, por ejemplo, en Venezuela?
El jueves se realizó una audiencia pública en La Macarena para analizar la
crisis humanitaria que vive Colombia. El acto, convocado por la Comisión de
Derechos Humanos del Senado, reunió a cerca de 1500 pobladores de las
regiones de alto y bajo Ariari y municipios de Vistahermosa, La Uribe y
Mesetas, quienes ofrecieron sus testimonios ante seis eurodiputados,
organizaciones de DDHH y un grupo de congresistas opositores como Piedad
Córdoba e Iván Cepeda.
Los campesinos de La Macarena decidieron romper el silencio. Los relatos
hablan de sistemáticas acciones en las que helicópteros militares lanzaban
cuerpos en ese sitio. Así empezó a ampliarse este cementerio clandestino
devenido en la fosa común más grande de América Latina, lo que llevó a los
pobladores a pedir ayuda internacional.
Todos coinciden en que muchos de los cadáveres pertencen a casos de
ejecuciones extrajudiciales o "falsos positivos", como se denomina a los
civiles que son presentados como guerrilleros muertos en combate, en escenas
montadas por el ejército. Una práctica que se tornó habitual durante el
régimen uribista, como parte de su plan de "seguridad democrática".
Así lo detalla Piedad Córdoba: "Aquí fue donde comenzó de verdad la política
que se conoce como falsos positivos, los asesinatos a sangre fría para
reclamar recompensas, para tener ascensos, para pedir vacaciones, es algo
tan vergonzoso que no se explica uno cómo es que el país vuelve y elige en
cuerpo ajeno una política tan horrorosa de violación a los derechos humanos".
La eurodiputada de la Comisión de Derechos Humanos Ana Gómez quedó
sorprendida: "Que el Ejército asesine a su pueblo es una aberración, no lo
puedo entender".
Hasta julio de 2009, sumaban 686 los expedientes abiertos por casos de
falsos positivos en la Procuraduría colombiana.
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2010/07/26/p5794
Boletín quincenal Nº 120 -Por PDF y Alba TV - El mismo día en que el
embajador colombiano ante la OEA alardeaba largo rarto en la sesión
extraordinaria del organismo sobre los supuestos grandes logros de la
gestión uribista en materia de derechos humanos, se difundía el hallazgo de
la fosa común más grande de Latinoamérica: unos 2000 cadáveres sin
identificar en la localidad de La Macarena, en el suroriente colombiano, ahí
nomás de una guarnición del Ejército. La noticia practicamente no despertó
interés en los grandes medios. ¿Qué habría pasado si el hecho hubiese
ocurrido, por ejemplo, en Venezuela?
El jueves se realizó una audiencia pública en La Macarena para analizar la
crisis humanitaria que vive Colombia. El acto, convocado por la Comisión de
Derechos Humanos del Senado, reunió a cerca de 1500 pobladores de las
regiones de alto y bajo Ariari y municipios de Vistahermosa, La Uribe y
Mesetas, quienes ofrecieron sus testimonios ante seis eurodiputados,
organizaciones de DDHH y un grupo de congresistas opositores como Piedad
Córdoba e Iván Cepeda.
Los campesinos de La Macarena decidieron romper el silencio. Los relatos
hablan de sistemáticas acciones en las que helicópteros militares lanzaban
cuerpos en ese sitio. Así empezó a ampliarse este cementerio clandestino
devenido en la fosa común más grande de América Latina, lo que llevó a los
pobladores a pedir ayuda internacional.
Todos coinciden en que muchos de los cadáveres pertencen a casos de
ejecuciones extrajudiciales o "falsos positivos", como se denomina a los
civiles que son presentados como guerrilleros muertos en combate, en escenas
montadas por el ejército. Una práctica que se tornó habitual durante el
régimen uribista, como parte de su plan de "seguridad democrática".
Así lo detalla Piedad Córdoba: "Aquí fue donde comenzó de verdad la política
que se conoce como falsos positivos, los asesinatos a sangre fría para
reclamar recompensas, para tener ascensos, para pedir vacaciones, es algo
tan vergonzoso que no se explica uno cómo es que el país vuelve y elige en
cuerpo ajeno una política tan horrorosa de violación a los derechos humanos".
La eurodiputada de la Comisión de Derechos Humanos Ana Gómez quedó
sorprendida: "Que el Ejército asesine a su pueblo es una aberración, no lo
puedo entender".
Hasta julio de 2009, sumaban 686 los expedientes abiertos por casos de
falsos positivos en la Procuraduría colombiana.